
Me gustaría que este cómodo tren viajara más allá de sus redondos finales, que los rayos de ese sol no lleguen a mis ojos, si no a una hoja y observar su brillo original y color, trasladarme a otro lugar, otra dimensión sentada en un árbol que flota sobre el vapor de un volcán que no quema, donde no existan plagas de hormigas mecanizadas y explotadas, que nadie critique mi buen gusto, que no tenga que escuhar lo que no quiero ir, que sea silencio, que no tenga hambre, ni sueño, ni sed, ni dolor. Creo que así debería terminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario